La indiferencia es dolor, es marginación,
es una actitud vana que nos ha llevado a la destrucción,
es el modo de vida, donde se menciona que no se pasa nada,
la viva tristeza reflejada en la agonía.
La indiferencia es el control y la sumisión,
reflejo activo de egoísmo y desesperanza,
fuente de penurias, asombro y distancia,
es la irresponsabilidad de la humanidad.
La indiferencia está latente, es traición,
semilla abominable de la dominación,
es el flujo de emociones cerradas y pensamiento frío,
es el rojo vivo de aprovechamiento del sistema.
La indiferencia es diversa que traspasa variables,
los horizontes de lo social, lo político, lo espiritual, lo mundial,
es la que ha cometido parte mayor de las atrocidades,
ha sido la construcción de todos nuestros males.
La indiferencia la he visto desde que nací, también lo sentí,
y cuando vi que alguien pretendió derrumbar ese muro de suciedad,
fue quebrantado, humillado, rechazado, detestado, desaparecido,
fue motivo de burla para el próximo ingenuo.
La indiferencia resultó ser opio y apatía,
resultó la cascara especial que embrutece a la mayoría,
ha formado cráteres de crisis por el individualismo,
ha hecho creer que nada se puede realizar por este hermoso mundo.
La indiferencia es nuestra propia rendición,
es la manera segura de llegar a nuestra flagelación,
una dependencia al sistema que nos ha ido robotizando
resultado óptimo y absoluto de desinformación y ceguera.
La indiferencia es flojera mental, espiritual y física,
es diseño de un bloque que nos ha aislado de la realidad,
es la inducción falsa de valores poco humanos,
es una toma de lo inconsciente que es la sociedad.
La indiferencia es ser parte del entorno mitómano,
es ser participes de las mentiras, de la ruindad, de la injusticia,
es suponer no ser víctimas de un silencio perpetuado,
es ser parte de este orden que nosotros mismos hemos ayudado a prolongar.
La indiferencia es útil para el orden establecido,
le funciona a quienes deciden el rumbo de nuestros destinos,
sigue callado, para ellos el silencio es el arma perfecta,
tu sigue simulando que todo va bien con ese veneno: la indiferencia.
Javier Valdivia
Genial percepción de la indiferencia,es la neta,no hay más,me encantó no hubo faltante de la descripción de esta.Y me dá tristeza porque esa indeferencia es de lo que nos hemos vestido,para encubrir el miedo,la tibieza,la rendición total hacia quien creemos son poderosos,sín contar que el pueblo lo es más,cuando cree conciencia(lo cual quién sabe cuando será)de esto.todo cambiará!! muy buena Javier,felicidades!!!
ResponderBorrarMarina De León R.
Genial Pana Vale La Pena Ver Que Todavia Hay Gente que mira mas alla! ;)
ResponderBorrarMe gustó mucho tu blog Javier, y respecto a la indiferencia escrita en versos, estoy de acuerdo en lo que plasmas, me quedo con lo siguiente:
ResponderBorrar"La indiferencia es útil para el orden establecido, le funciona a quienes deciden el rumbo de nuestros destinos" tan tristemente aplicable a nuestra situación nacional actual mientras la gente no despierte de, precisamente, su indiferencia, que no? Abrazos fraternos!
Gracias PipeSoft por tu comentario, eso es lo que debemos hacer ver más allá.
ResponderBorrarAsí es mi buen Mario esa frase que te gustó es la aplicación de nuestra situación actual. Debemos seguir despertando conciencias.
Admiro a la gente que como tú tienen la iniciativa de formar parte del segmento de la humanidad que exije y lucha por marcar la diferencia misma, todo mi apoyo y buena vibra! No sin antes añadir: La indiferencia nos hace cómplices ....
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