Bienvenidos a Derrumbando los Muros del Sistema

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viernes, 15 de noviembre de 2013

Cartas del Judío Roger Dommergue sobre la inexistencia del Holocausto

Roger-Guy Dommergue Polacco de Menasce nació en 1923. Es un filósofo y ensayista de origen judío nacido en Francia. Doctor en Psicología, profesor de escuelas de nivel superior, profesor del Centro Nacional de Tele-Educación y antiguo encargado de curso en la Sorbona. Masón inactivo, fue un alistado voluntario que se opuso al nacionalsocialismo y a la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
Explora el tema de la medicina alternativa siendo oponente a la circuncisión al octavo día del nacimiento, tradición de la comunidad judía, pues sostiene que constituye un traumatismo infantil.[1]
También ha hecho investigaciones en la corriente revisionista del Holocausto publicando sobre lo que llama "las mentiras de sus congéneres".

El profesor Polacco de Menasce realizó durante todo un año investigaciones que le hicieron llegar a la conclusión de que jamás fueron gaseados judíos en el Tercer Reich y que los judíos que murieron, generalmente lo hicieron como consecuencia de la guerra.

Carta del 6 de febrero de 1980

El 6 de febrero de 1980, en una carta dirigida al presidente del Tribunal del Palacio de Justicia, en Colonia, protestó contra la reclusión de un antiguo hombre de la SS.
De R. G. Dommerque Polacco de Menasce Doctor en Psicología, 5 rue Saint-Just,
Traducción del 6.2.1980
Al Señor Presidente del Tribunal en el caso Lischka
Palacio de Justicia de Colonia (Köln)
Señor Presidente,
Yo había tomado la iniciativa de escribirle, al enterarme del comienzo del proceso arriba mencionado. Quisiera pedirle aprecie el presente escrito como complemento ineludible del primero. Me enteré, por medio de la televisión, de que el Fiscal solicita doce años de prisión para el acusado. En mi facultad como judío, masón inactivo, Profesor de escuelas de Nivel superior y antiguo luchador voluntario contra el nazismo, me dirijo con extremada indignación contra tales injusticias. Esta palabra no es demasiado dura y quisiera explicarle el uso de la misma.
1º Entre mis amigos que son juristas, no se encuentra uno sólo que crea posible elevar una acusación después de 35 años, en especial si se trata de personas que ya habían estado en un tribunal y que fueron condenadas. Tal acusación, por lo tanto, es una verdadera violación de la ley, sin par en la historia humana.
2º Esta histérica persecución (hago uso de la palabra "hístérica en sentido clínico y no figurado) 35 años después de la guerra, ya es contraria a la ley, tan sólo en el espíritu del derecho internacional representa una excepción intolerable. Pero esta triste realidad aún es subrayada por los siguientes hechos horribles y detestables:
a) Las investigaciones que realicé desde hace un año. me demostraron que las acusaciones por etnocidio (asesinato de un pueblo) con cámaras de gas de seis millones de mis paisanos, son absolutamente falsas. En realidad, perecieron durante la guerra 800.000 judíos por acciones y consecuencias de ésta (incluyendo a aquellos de los campos de concentración), mientras que murieron 10.000.000 de alemanes; de ellos, por lo menos 1.500.000 en los campos de concentración aliados en Alemania y otros países. La desaparición de varios millones en siete campos de concentración, entre 1942 y 1944 es, por razones matemáticas, completamente imposible y el estudio de la técnica de gasificación prueba irrefutablemente que las cámaras de gas jamás existieron. Las únicas instalaciones para cámaras de gas las había -y las hay- en los Estados Unidos, pero para la ejecución de una sola persona a la vez. Gasificación colectiva hubo únicamente en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial.
Que el señor Lischka, durante la guerra, fuera Jefe de Policía bajo un régimen legal, no puede ser delito. Eso es obvio. Conforme a ésto, se deberían tener en cuenta los siguientes hechos:
b) Por lo menos quince años antes de la existencia de los campos de concentración en Alemania y hasta el año 1972, en la Unión Soviética fueron aniquilados, aproximadamente, 120.000.000 de no-judíos, por un régimen judeo-marxista en un sistema de cárceles y campos de concentración, administrados totalmente por judíos: Yagoda, jefe del NKVD y sus colaboradores OuritzkiSorensonJejowDavidowitschBerman, como jefes de los campos de concentración fueron judíos al igual que lo fueron los directores de los penales KoganSemenFirine Apetter. Tengo la lista completa de estos verdugos judíos para los cuales aún falta un Súper-Núremberg para que sean juzgados. Tan sólo Frenkel es responsable por la muerte de millones de no-judíos.
Es inaceptable que se acuse a su país, no tan sólo injustificadamente de genocidio, lo que nunca ocurrió, sino que además se le obligue, contra toda lógica judicial y después de 35 años, a levantar acusaciones, así como dictar sentencias contra personas que no han hecho más que cumplir con su deber. Pero lo que aún pesa más, es que se le obliga a Ud. a cargar con una deshonestidad que no merece; pero que sí merecen los acusadores de Alemania, cientos de veces.
La comparación aún es incompleta, pues no hay una medida conjunta para los 800.000 judíos muertos durante la guerra y los 120.000.000 que fueron asesinados por un centenar de verdugos judíos. (Las fotografías más importantes de esto, las puede encontrar en el tomo II del Archipiélago Gulag de Soljenitsyn).
Quiero concluir diciendo que mis paisanos exageraron. Aún más, no les alcanza para la fama si pensamos que el régimen simbólico de los RothschildMarxEinstein y Picasso, inicia un suicidio mundial.
La justicia elemental requiere que no se eleve esta acusación y que, en el peor de los casos, culmine con una liberación clara y simple o mejor aún, que sea denegada como incompleta ya que no se trata de violencia, la cual sí afectaría ya al derecho penal general.
Si yo dominara el idioma alemán, me hubiera ido ante el Tribunal para dar a conocer los 50 nombres de los verdugos judíos que asesinaron a los 120.000.000 de goyms en la URSS y a demostrar la imposibilidad matemática de la aniquilación de 6.000.000 en un tiempo limitado, tanto como la inexistencia de las cámaras de gas. Usted puede hacer llegar la presente a ambas partes como también a la prensa, la cual es completamente manipulada por mis paisanos. Crea usted, señor Presidente, en la seguridad de mis respetos y en mi esperanza de ver relevarse a Alemania de esta humillante servidumbre por la cual el actual proceso es una verdadera farsa, ¡un símbolo entristecedor!
R. G. Dommergue Polacco de Menasce.

Carta del 30 de septiembre de 1980

El 30 de septiembre de 1980 escribe una carta al mismo Tribunal protestando contra la inculpación del profesor Robert Faurisson.[2]
30 de Septiembre de 1980
Al Señor Presidente del Tribunal
Presidente Drai
Asunto: Profesor Faurisson
Señor Juez,
Habiendo sido informado de la inculpación lanzada contra el Profesor Faurisson, considero que es mi deber elemental aportar mi testimonio en este asunto. Me llevan a intervenir tanto la estulticia y comatosa cobardía ambiental, como mi calidad de judío de origen por parte materna (de una ilustre familia internacional), de alistado voluntario contra el nazismo en 1944 (clase del 44), de francmasón durmiente y de profesor de Enseñanza Superior, todo lo cual me impone la imperativa obligación de intervenir.
Hace aproximadamente un año y medio que pedí a las dos partes, revisionistas y exterminacionistas, que me presentaran cada una de ellas un informe. Del lado de Faurisson he obtenido todo lo que he deseado sin la menor reticencia. Del lado exterminacionista no he recibido nunca personalmente las aclaraciones que deseaba, y no he podido obtener más que las discusiones ociosas de la prensa oficial; que nunca habla de lo esencial, a saber: la posibilidad de exterminar a seis millones de personas mediante cámaras de gas en una duración aproximada de dos años (gaseamientos que fueron ejecutados con el Zyklon-B o sea, ácido cianhídrico). A este respecto, la fotocopia de la tercera carta dirigida al Profesor Delpech es perfectamente reveladora...
El Tribunal debe establecer entonces sobre lo bien fundado de los resultados de un trabajo universitario de veinte años -en mi opinión, enteramente exhaustivo- el siguiente hecho: ¿Ha habido seis millones de judíos deliberadamente gaseados, aproximadamente entre 1942 y 1944? Yo no sabía conjeturar el juicio que será expresado, pero sé que, de ahora en adelante, estoy interesado en el problema de forma totalmente libre, de manera más atenta de lo que lo ha hecho hasta ahora ningún tribunal.
Me permitiré, entonces, hacer simplemente algunas advertencias, utilizando la aritmética y un elemental sentido común:
1. La reacción psicológica, la conspiración silenciosa sobre el epicentro del problema, la mala fe reservada por mis congéneres en la totalidad de la prensa mundial, son ya para un psicólogo un hecho que no deja lugar a dudas. Si los "exterminacionistas" estaban tan seguros de su "verdad", hace tiempo que comisiones de control más severas que las de Katyn -reclamada por el Profesor Faurisson- habrían sido designadas. Es del todo evidente que son los que gritan: ¡mentira! quienes tendrían que suscitar tales comisiones. ¿Es necesario ir más lejos ? (El mismo conocimiento aritmético y técnico del problema para ver que hay una enorme anguila bajo la roca).
2. En la Europa de hoy, me dicen los colegas especialistas, es posible que haya aproximadamente seis millones de judíos. Entonces ellos han doblado en ocasiones el número, como es el caso de Francia, desde la guerra. En una Europa bajo la dominación alemana truncada en la mitad de sus naciones ; no podía haber - en 1942 - más de tres millones de judíos ; tanto más en cuanto yo he podido constatar su éxodo masivo durante los años 1937-39 porque ellos pasaban a decenas por el hotel particular de mi abuela de Menasce.
3. La cremación de seis millones de personas entre 1941/42 y 1944 en siete campos de concentración -de los cuales poseemos los registros del número exacto de hornos crematorios, así como la duración individual de la cremación- es radicalmente imposible.
4. Así como se poseen todos los registros de los crematorios (necesarios para evitar epidemias de tifus); no se posee ningún registro de las cámaras de gas. Ahora bien, cuando se estudia la técnica del gaseamiento con ácido cianhidirico para una sola persona en los Estados Unidos y lo que se constata es su extrema sofisticación, uno se da cuenta de que "cámaras de gas para centenares o, lo mismo, millares de personas" (como se ha osado pretender) es técnicamente imposible y, en todo caso, no ha sido hasta este día examinado nunca sobre el papel por ningún químico del mundo en ningún país del mundo.
5. Si se suponía que el asunto de los "seis millones y las cámaras de gas" era verdad, es decir, que corresponde a una realidad histórica innegable (es lo que se debe juzgar), nosotros sabemos de fuente segura que -en el millar de campos de concentración de la URSS, en las hambrunas organizadas, en los trabajos forzados atroces- millones de no judíos han sido exterminados. Lo que no se sabe es que su verdugos era mayoritariamente judíos; se esperará siempre un súper-Nuremberg y una condena a muerte por contumacia en nombre de la conciencia universal. Uno se pregunta porqué aúlla por los crímenes menores (al menos en relación a éstos y que probablemente son inexistentes, como usted deberá determinar en su juicio), mientras se calla ante estas monstruosidades mayores y conocidas.
He aquí algunas precisiones sobre este aspecto escabroso y del cual la prensa mundial, completamente dirigida por mis congéneres, nos silencia la molesta realidad:
Quince años antes de los famosos KZ hitlerianos, ya se habían creado los campos en la URSSYagoda, jefe de la NKVD, era judío y también sus colaboradores OuritskiSorensonIejoff. La dirección de los campos funcionaba bajo su control; Davidovitch Berman era el jefe, sus adjuntos eran RappoportKoganSemenFirine -encargados de diversas regiones o sectores (Apeter era Jefe de la Dirección general de Prisiones). Frenkel es responsable (él solo) de la muerte de millones de no-judios en 1917 bajo la égida de un régimen judeomarxista con un equipo gubernamental completamente judío...
Usted podrá, por otra parte, ver en el tomo II de "Archipiélago Gulag" de Soljenitsin las fotografías de los principales verdugos judíos -responsables de la muerte de millones de no-judios- y ésto hasta la fecha de 1972, que marca el advenimiento del antisemitismo ruso, fecha en que aparece el "Comité Internacional sobre la Situación de las Minorías y los Derechos Humanos en la URSS", organización y periódico que no existieron mientras AbramovichFrenkel,KaganovichYagoda, etc. asesinaban a los goyms por millones...
Debo añadir que, delante de la locura suicida inducida por la hegemonía mundial de los RothschildMarxFreudEinsteinPicasso (sin duda por el hecho de la estimulación involutiva necesaria en el fin de la Edad del Hierro-Edad de las Sombras, Kali-Yuga) mis congéneres podrían callarse púdicamente porque, después de todo, no hay que enorgullecerse de una masacre planetaria, inducida por las finanzas de los RockefellerRothschildOppenheimer y todos los políticos deshonestos que les sirven: así como por los comunistas de Marx y todos los verdugos de los cuales acabo de hablar.
Les saluda, Señores Jueces, con profundo respeto:
R. G. Dommergue Polacco de Menasce.
PD.: Es fundamental señalar que el termino "judío" no es utilizado a lo largo de esta carta más que por razones practicas de compresión. En realidad, en ningún modo utilizo este término por las razones siguientes:
a) Los términos "judío" e "israelita" tienen una referencia estrictamente religiosa y todos los personajes y especulación a los actuales que he hecho alusión son heréticos desde el punto de vista de la Torah y la gran Tradición Abrahámicaen general.
b) No se refieren de ninguna manera a una raza (las cuales no existen)[3] ni tampoco a una etnia; que no pueden constituirse más que por una pertenencia secular a un entorno determinado: éste no es de ningún modo el caso de estas gentes.

Referencias

  1.  Roger Dommergue Polacco de Menasce, L'histoire face à la question juive, éditions Le Styx, Paris-Budapest, p.5
  2.  VHO: Una carta histórica
  3.  N. Polacco de Menasce ignora que el negacionismo de la raza ha sido también una estrategia de los mismos que imponen el dogma del Holocausto.

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